24/5/21

Hablando sobre meritocracia en una mesa de un bar



Me decía que lo que se está discutiendo es muy importante cuando hablamos de integración… él insistía en plantear como una disyuntiva la cuestión de si queremos realmente y creemos que las sociedades progresan cuando son meritocráticas o si queremos caer en el relativismo moral ¿Qué querría decir con eso del relativismo moral?  ¡Vamos!...nos quieren decir que todo da lo mismo: lo verdadero y lo falso, el rol del docente versus del alumno, los derechos del ciudadano y la víctima versus del delincuente… a eso me refiero con relativismo moral decía.            

                                                                                 

Había un problema de método en su análisis.                   

 La discusión sobre la verdad y por ende la falsedad, ha sido cuestionada no desde un relativismo moral porque en realidad es una discusión que atraviesa al planeta entero…no es relativa a occidente o a oriente, al norte o al sur. Se ha puesto en discusión la idea misma de verdad como categoría: aquello que se cree está en la naturaleza de las cosas. Era un poco largo de explicar la crisis de esa idea porque tiene que ver con un cambio de época que algunos filósofos llaman modernidad tardía. En cualquier caso, no tenía nada que ver con el relativismo moral que venía de los sofistas y que planteaban que no es posible determinar lo que es moralmente correcto porque se trata siempre de convenciones.

Mauricio no me entendía.

Porqué le estaba explicando esto? Eran las últimas veces que nos sentaríamos juntes a tomar un café probablemente y no quería dejar de decirle que su punto de partida era poco serio. Era como decir este verano voy a la playa o creo que le tengo miedo a la muerte (en rigor sería, voy a la playa o a la montaña…por ejemplo)

Él quería convencerme que si yo descartaba la idea del mérito como una forma de sistema, como la clave del desarrollo, era porque en definitiva era una más de aquellas personas que querían cambiar todo lo que hasta aquí nos habían enseñado nuestros padres, nuestra escuela y la sociedad toda. “Las cosas son de aquella manera a la que hemos estado acostumbrados y  acostumbradas y eso se conoce como Verdad” parecía pensar.

Lo que yo quería antes que nada era plantear que su punto de partida era poco serio.


El mérito, el refuerzo positivo, el castigo, son formas que permiten controlar de una u otra manera el comportamiento de las personas… digo que el mérito es una forma al servicio de un control y digo también que el relativismo moral es una corriente filosófica de interpretación de cómo funciona el mundo. Lo más serio entonces sería comparar a dos corrientes filosóficas entre sí o al sistema meritocrático con un sistema de solidaridades por ejemplo, pero no a un sistema filosófico con un sistema de gobierno porque si bien están relacionados, no son equivalentes, no se pueden comparar. Sería como hacer una ensalada y tú no quieres eso…o sí? le pregunté.




Ok, no hagamos ensaladas pero dime si estoy equivocado con esto de que los jóvenes en la escuela pasan de curso como si nada y sus docentes más que docentes se esmeran en caerles bien o les tienen miedo o yo que sé y los dejan pasar sin el mayor esfuerzo. Resultado: jóvenes que egresan sin saber nada!

- Ay…no quería parecer densa, pero nuevamente creí necesario analizar aquella frase que condensaba, concentraba, demasiadas ideas en una.

­Veamos.. nuevamente estás hablando desde una verdad: aquella que dice que el esfuerzo, el mérito, es lo que nos conduce por el camino del saber. Si hacés un esfuerzo, valga la redundancia, y volvés a lo que hablábamos hace cinco minutos, entenderás que las cosas no son según su naturaleza ó, dicho de otro modo, lo que a veces es de una manera en otro momento no lo es; osea, depende de ciertas condiciones y si depende de ciertas condiciones entonces no es algo fijo, natural, de su naturaleza… si no están las condiciones entonces no habrá lugar para tal esfuerzo; en cambio,  si están las condiciones, entonces si hay lugar para el esfuerzo, si tuviste las condiciones y después las perdiste algo se interrumpirá, en cambio si nunca las tuviste y de pronto comenzaron a crearse, en fin...serán todas situaciones bien distintas que muestran que el esfuerzo, el mérito, no son fijos, naturales por lo tanto no son una verdad.

¿Querés hacerme pensar como vos, que dicho sea de paso es tu verdad?, ¿Querés que vea como víctimas a aquellos que no hacen esfuerzo y van a la escuela a calentar silla porque no han tenido las condiciones? Mauricio sin querer subía el tono de su voz.

No es exactamente mi propósito el que pienses como yo porque sería muy autoritario de mi parte y no me gusta mirarme en ese espejo. Preferiría que pudieras argumentarme de manera seria, analítica,  porqué el mérito, el esfuerzo,  no necesita de condiciones. Y, respecto de mi tesis sobre que las condiciones están por sobre el mérito es eso, una tesis.

Justamente es esfuerzo insistía Mauricio porque nos saca del lugar de la comodidad….por ejemplo tienes una fiesta el fin de semana, tienes un examen el lunes, decides no ir a la fiesta para quedarte estudiando y que te vaya bien el lunes. Muchos eso no lo hacen, vaguean todo el fin de semana, van trasnochados el lunes y les va mal en la prueba. Eso es esfuerzo, aquí y en la China.

- Aquí y en China añadí,  se está discutiendo sobre aquella idea que colocaba al esfuerzo, al mérito, como verdad. Para avanzar en tu ejemplo de la fiesta y el estudio necesito hacerte una pregunta: ¿Cuáles son las condiciones en las que el chico o la chica renuncian a ir a la fiesta y se quedan estudiando?

Qué se yo! Pero conozco gente que lo hace…sin ir más lejos mírame a mi…yo fui más bien de no hacer esfuerzos, de juntarme con los amigos, de llevarme materias a veces y de ponerme a trabajar cuando terminé la secundaria porque no quería seguir estudiando, siempre me aburrió estudiar. Quería ganar mi plata, comprarme un auto y hacer mi vida independiente.

Y que con eso?pregunté

Que soy un ejemplo del no esfuerzo. Que la posibilidad del esfuerzo existe y, o se toma o se deja.

Yo diría que por alguna razón, no quisiste estudiar pero sí pusiste tu esfuerzo en trabajar. Tu historia… somos sujetos históricos. No somos aparatos determinados genéticamente. Todas estas son discusiones antiguas y que nunca van a acabar. La idea del determinismo, del predominio de lo genético que marca nuestros destinos es una de ellas. A veces pareciera que las personas comenzaran  a pensar de un modo más complejo, con matices, pero no, el peso de sus primeras ideas desde sus inicios en la escuela, desde sus primeras enseñanzas hogareñas más lo que van escuchando en el día a día por que circula del boca en boca en las personas, supera cualquier forma analítica y novedosa de pensamiento. Es una marca a fuego, una inscripción en el cuerpo, a la que se vuelve todo el tiempo….

Mauricio continuaba hablando sobre la meritocracia como clave del desarrollo y el progreso contraponiéndolo al nuevo fantasma: el populismo, para él, alentador de facilismo, pereza y desidia. En todo momento de nuestra charla en la que aseguro, puse mi mayor dedicación, se fue alejando la posibilidad de compartir nuestros dos mundos. El suyo y el mío. Para enredarnos o poder caminar una al lado del otro pensando juntes. Esta era la propuesta implícita pero no aceptada. Creo que pensar, es una práctica en desuso, en parte porque ha sido castigada, en parte porque por lo mismo, nos olvidamos cómo se hace. Intenté hablar de manera clara, explicando si era necesario lo que quería decir sin dar por obvio nada. Estaba disponible para una contraargumentación o preguntas que surgieran alrededor de mis argumentos…

Entendí que no solo se trataba de un problema del desuso en el pensar sino que la idea misma de pensar era distinta.  Entendí que para Mauricio, pensar no era un acto autónomo, irreverente, interrogante y por lo mismo desafiante. Pensar, tenía mucho parecido para él, con repetir ideas aprendidas en el seno de la familia, refrendadas luego en la escuela; más que pensar, se trataba de repetir, de indicar lo que ya sabíamos, lo que ya habíamos aprendido. Ahora que lo pienso, pensar para él era algo peligroso porque, de manera velada, sin él advertirlo, lo habían enseñado mayormente sobre la base del deber y la obligación y mucho menos sobre el derecho a disentir y a descubrir….

 


 

 

                                                                                                                                                         A.C.

 

 

 

2 comentarios:

  1. ¡Con cuántos Mauricios nos encontramos dialogando muchas veces! Hay una tendencia a creer que las cosas son monocausales, como esta idea de la meritocracia, esfuerzo = mérito, cuando en realidad son atravesadas por múltiples causas que se encuentran entrelazadas. Interesante también replantearse qué significa "pensar" para cada persona. Muchas gracias por hacer estos planteos.

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  2. Es cierto...además de repetir aquello que otres dijeron, las más de las veces se trata de sentencias lineales, monocausales como bien dices. Gracias por comentar <3

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