1/4/21

PARA SEGUIR PENSANDO LO QUE NOMBRAMOS COMO DISCAPACIDAD*


En América Latina como en otros lugares de occidente, han emergido en el campo académico y social, distintas perspectivas para la comprensión y el abordaje de la llamada discapacidad. Desde diferentes regiones no sólo geográficas sino también con marcas singulares en sus historias,  incluyendo en ello a sus historias políticas, se avanza en un proceso de construcción de conocimiento. Una mayor complejidad aún surge dado que al interior de cada perspectiva coexisten encuadres teóricos, disciplinas e intereses que dan cuenta de los matices en las miradas de quienes formamos parte de una perspectiva pero que al mismo tiempo, intenta constituirse en un cuerpo coherente respecto de buscar alternativas a las modalidades, prácticas y discursos que permanecen de la Modernidad y su modelo de producción de saberes y subjetividades.

En relación a esto último se generan fenómenos tales como que autores de larga e importante trayectoria no solo a nivel local sino también en la región, se interrogan la consistencia de la categoría discapacidad aun cuando la nombran entrecomillada o al mismo tiempo que la nombran la ponen en cuestión o  se resisten a tematizarla por considerar que tal práctica la constituye en alteridad (Skliar).

Se han sistematizado los modelos en el abordaje de la discapacidad a partir de la visibilización de la misma y como cuestión a problematizar. Entendemos que tales modelos se inscriben en un devenir histórico, en donde persisten formas que podríamos llamar tradicionales -tales como la asistencialista y la médico-rehabilitadora- por su persistencia en el tiempo pese a haber sido objeto de numerosas críticas. Como modelos superadores a aquellos en tanto vienen a otorgar un lugar al sujeto/a con discapacidad como sujeto/a de derecho, se ubica el movimiento de vida independiente y el modelo social. Este devenir histórico no puede ser pensado de manera lineal; el colectivo de personas con discapacidad, sus familias y organismos a favor de la creación y defensa de derechos, han sido actores importantes en la lucha para el avance hacia perspectivas no tradicionales.

Leer Más

Asistimos a la prefiguración de nuevos modos de pensar a la discapacidad que entran en una disputa por los sentidos con modelos más recientes como el modelo social. Desde ahí, Anahí Guides de Melo[1] antropóloga y activista sorda que se reconoce en una corriente anticapacitista feminista, plantea que “una perspectiva que define la discapacidad solo en términos de barreras, tal como la perspectiva social,  no es suficiente para explicarla porque subestima la diversidad de experiencias entre las personas con discapacidad que resulta de diferentes tipos de discapacidad y niveles de funcionalidad, así como desconoce que categorías como género, raza, orientación sexual, clase, edad, entre otras, pueden ser determinantes en el análisis social de la discapacidad. Me inclino más a pensar en extender la discapacidad con el fin de politizar el debate no solo sobre la discapacidad, sino también sobre las enfermedades crónicas y raras que también son "deficientes" “. (2020)

Photo by Paulo Slachevsky on December 03, 2019.

foto de Paulo Slachevsky


Entendemos junto con la autora, que el problema de las barreras o en términos positivos, la accesibilidad, es un derecho a seguir conquistando, pero que la discapacidad bajo un análisis político, se vuelve  más compleja cuando entra en intersección con otras formas de opresión.

 

Otra corriente que se inscribe también en los estudios críticos en ciencias sociales, que reivindica la producción situada desde el Sur global, toma entre sus preocupaciones, la problemática de la discapacidad. La perspectiva decolonial, a ella hacemos referencia, se centra en develar los efectos heredados del proceso de colonialismo europeo sobre América Latina en tanto matriz de un modo hegemónico de representación de objetos y sujetos que tiene efectos aún en la actualidad. En este modo de representación geométrica cartesiana [2], el sujeto, se define por las formas verdaderas que definen lo correcto, la verdad y la belleza de las formas. Es la mirada la que identifica las formas, estableciendo una distinción entre aquellas formas que sirven de aquellas que no; basada en parámetros visuales de número, forma, posición y tamaño relativo (Díaz, R., 2012).

Raúl Díaz, docente investigador de la Universidad del Comahue, tomando las teorías descoloniales respecto de los procesos de racialización y etnicización de los cuerpos, se interroga acerca de si acaso no estamos frente a la presencia de un proceso de discapacitación[3] de los cuerpos. Discapacitación en el sentido de geocorporización subalterna de las subjetividades; esto es, se ejerce opresión desde la mirada del cuerpo normal a quién se visualiza discapacitado/a, adjudicándole espacios y saberes en el acto de reclutar sus cuerpos produciendo con ello un encierro de abyección compulsiva.

Díaz(2012) haciendo referencia a lo que él llama la constitución del negro en alusión al proceso de racialización, plantea que se trata de taxonomías etnocéntricas y naturalizadas. En otras palabras, a la corporalidad del sujeto, se le exige un suplemento, una definición racial inexistente[4] antes de su encuentro con el blanco. Esta colonialidad del poder, Esta forma de opresión, podría suscribirse para las otras opresiones y en particular la de la discapacidad” (p.43).

 

Estos modelos otros, tienen en común, la pregunta por la construcción misma de la categoría discapacidad y los modos de nombrar a quienes quedan contenidos bajo esta forma de representación como también y fundamentalmente desde dónde se enuncia. La Convención propuesta en la Asamblea General de las Naciones Unidas a través de sus Estados partes (2006), declara y al mismo tiempo enuncia la necesidad de proteger los derechos de las Personas con Discapacidad (PCD) o personas en situación de discapacidad. A la fecha, son los términos legitimados para su uso a nivel mundial. Habrá que ver cómo se sigue construyendo este campo, en donde el protagonismo en el debate de las llamadas PCD en intersección con otras “minorías” es fundamental para la sociedad toda. En este intercambio, es clave la heterogeneidad que recorre los sentipensamientos de quienes se ven alcanzados por esta categoría llamada PCD.

                                                                                                                                                                A.C.

 

 

                                                                                                                                                             

 (*) borrador de lo que luego fue enriquecido mediante escritura colectiva como artículo para ponencia en el primer simposio latinoamericano y caribeño sobre investigación de la educación inclusiva (2020)  



[1] Referente de los Estudios Críticos de la Discapacidad en Latinoamérica

[2] Martín Jay (2003) refiriéndose al régimen visual hegemónico en la era moderna plantea que ese modelo

se puede identificar con “…las nociones de perspectiva del Renacimiento y, en la esfera de la filosofía,

con las ideas cartesianas de racionalidad objetiva” por lo que lo denomina modelo perspectivista

cartesiano.

[3] El autor le da un sentido distinto a la discapacitación social descripta por el modelo social.

[4] El subrayado es nuestro

No hay comentarios:

Publicar un comentario