En
América Latina como en otros lugares de occidente, han emergido en el campo
académico y social, distintas perspectivas para la comprensión y el abordaje de
la llamada discapacidad. Desde diferentes
regiones no sólo geográficas sino también con marcas singulares en sus
historias, incluyendo en ello a sus
historias políticas, se avanza en un proceso de construcción de conocimiento.
Una mayor complejidad aún surge dado que al interior de cada perspectiva
coexisten encuadres teóricos, disciplinas e intereses que dan cuenta de los
matices en las miradas de quienes formamos parte de una perspectiva pero que al
mismo tiempo, intenta constituirse en un cuerpo coherente respecto de buscar
alternativas a las modalidades, prácticas y discursos que permanecen de la
Modernidad y su modelo de producción de saberes y subjetividades.
En relación a esto último se generan fenómenos
tales como que autores de larga e importante trayectoria no solo a nivel local
sino también en la región, se interrogan la consistencia de la categoría
discapacidad aun cuando la nombran entrecomillada o al mismo tiempo que la
nombran la ponen en cuestión o se
resisten a tematizarla por considerar que tal práctica la constituye en
alteridad (Skliar).
Se han sistematizado los modelos en el abordaje de la discapacidad a partir de la
visibilización de la misma y como cuestión a problematizar. Entendemos que
tales modelos se inscriben en un devenir histórico, en donde persisten formas
que podríamos llamar tradicionales -tales como la asistencialista y la
médico-rehabilitadora- por su persistencia en el tiempo pese a haber sido
objeto de numerosas críticas. Como modelos superadores a aquellos en tanto
vienen a otorgar un lugar al sujeto/a con discapacidad como sujeto/a de
derecho, se ubica el movimiento de vida independiente y el modelo social. Este
devenir histórico no puede ser pensado de manera lineal; el colectivo de
personas con discapacidad, sus familias y organismos a favor de la creación y
defensa de derechos, han sido actores importantes en la lucha para el avance
hacia perspectivas no tradicionales.
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Asistimos a la prefiguración de nuevos modos de pensar a
la discapacidad que entran en una
disputa por los sentidos con modelos más recientes como el modelo social. Desde
ahí, Anahí Guides de Melo[1] antropóloga y activista sorda que se reconoce
en una corriente anticapacitista feminista, plantea que “una perspectiva que define la discapacidad solo en términos de barreras,
tal como la perspectiva social, no es
suficiente para explicarla porque subestima la diversidad de experiencias entre
las personas con discapacidad que resulta de diferentes tipos de discapacidad y
niveles de funcionalidad, así como desconoce que categorías como género, raza,
orientación sexual, clase, edad, entre otras, pueden ser determinantes en el
análisis social de la discapacidad. Me inclino más a pensar en extender la
discapacidad con el fin de politizar el debate no solo sobre la discapacidad,
sino también sobre las enfermedades crónicas y raras que también son
"deficientes" “. (2020)
foto de Paulo Slachevsky
Entendemos junto con la
autora, que el problema de las barreras o en términos positivos, la
accesibilidad, es un derecho a seguir conquistando, pero que la discapacidad bajo un análisis político,
se vuelve más compleja cuando entra en
intersección con otras formas de opresión.
Otra corriente que se
inscribe también en los estudios críticos en ciencias sociales, que reivindica
la producción situada desde el Sur global, toma entre sus preocupaciones, la
problemática de la discapacidad. La
perspectiva decolonial, a ella hacemos referencia, se centra en develar los
efectos heredados del proceso de colonialismo europeo sobre América Latina en
tanto matriz de un modo hegemónico de representación de objetos y sujetos que
tiene efectos aún en la actualidad. En este modo de representación geométrica
cartesiana [2], el sujeto, se define por
las formas verdaderas que definen lo correcto, la verdad y la belleza de las
formas. Es la mirada la que identifica las formas, estableciendo una distinción
entre aquellas formas que sirven de aquellas que no; basada en parámetros
visuales de número, forma, posición y tamaño relativo (Díaz, R., 2012).
Raúl Díaz, docente
investigador de la Universidad del Comahue, tomando las teorías descoloniales
respecto de los procesos de racialización y etnicización de los cuerpos, se
interroga acerca de si acaso no estamos frente a la presencia de un proceso de
discapacitación[3] de los cuerpos. Discapacitación
en el sentido de geocorporización subalterna de las subjetividades; esto es, se
ejerce opresión desde la mirada del cuerpo normal
a quién se visualiza discapacitado/a,
adjudicándole espacios y saberes en el acto de reclutar sus cuerpos produciendo
con ello un encierro de abyección compulsiva.
Díaz(2012) haciendo
referencia a lo que él llama la constitución del negro en alusión al proceso de racialización, plantea que se trata
de taxonomías etnocéntricas y naturalizadas. En otras palabras, a la
corporalidad del sujeto, se le exige un suplemento, una definición racial inexistente[4]
antes de su encuentro con el blanco. Esta colonialidad del poder, “Esta
forma de opresión, podría suscribirse para las otras opresiones y en particular
la de la discapacidad” (p.43).
Estos modelos otros, tienen en común, la pregunta
por la construcción misma de la categoría discapacidad y los modos de nombrar a
quienes quedan contenidos bajo esta forma de representación como también y
fundamentalmente desde dónde se enuncia. La Convención propuesta en la Asamblea
General de las Naciones Unidas a través de sus Estados partes (2006), declara y
al mismo tiempo enuncia la necesidad de proteger los derechos de las Personas
con Discapacidad (PCD) o personas en situación de discapacidad. A la fecha, son
los términos legitimados para su uso a nivel mundial. Habrá que ver cómo se
sigue construyendo este campo, en donde el protagonismo en el debate de las
llamadas PCD en intersección con otras “minorías” es fundamental para la
sociedad toda. En este intercambio, es clave la heterogeneidad que recorre los sentipensamientos de quienes se ven
alcanzados por esta categoría llamada PCD.
A.C.
(*) borrador de lo que luego fue enriquecido mediante escritura colectiva como artículo para ponencia en el primer
simposio latinoamericano y caribeño sobre investigación de la educación inclusiva (2020)
[1] Referente de los Estudios Críticos de la
Discapacidad en Latinoamérica
[2] Martín Jay
(2003) refiriéndose al régimen visual hegemónico en la era moderna plantea que
ese modelo
se puede
identificar con “…las nociones de perspectiva del Renacimiento y, en la esfera
de la filosofía,
con las ideas
cartesianas de racionalidad objetiva” por lo que lo denomina modelo
perspectivista
cartesiano.
[3] El autor le da un sentido distinto a la discapacitación social descripta
por el modelo social.
[4] El subrayado es nuestro
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