20/5/20


ALBOROTO EN LA CORTE


Una vez conocí a un señor que para cualquiera habría tenido todas las razones para ser feliz. Tenía salud, buena estampa, una familia que lo contenía. No obstante, este hombre portaba un malestar que tenía que ver con su castración. Tenía sus genitales bien puestos, pero era otra, la que lo tenía a mal traer. Esto que parecía difícil, no era otra cosa que el No-poder, No-saber, No-tener, y todos los noes  posibles de existir en él. Grande era su malestar cuando se empecinaba en desmentir a todos ellos. Al fin y al cabo era una empresa imposible de lograr…pero el señor prefería poner sus esfuerzos en lo que podríamos llamar “su ilusión” y no tener que enfrentarse con la gran “desilusión” del no.

I.-
 La Ilusión…...de los tiempos de los, duendes, las hadas, y los cuentos que le leería su madre mientras tomaba la mamadera a la que habían -su mami y él- bautizado la “meme”.¡Que lindos recuerdos aquellos! Él era un príncipe para su madre, su hijo varón, que era tan bueno, tan ordenado y cuidadoso, tan alegre y cariñoso. A cambio de esto, ella lo gratificaba con deliciosas masitas, alfajorones y monedas para ir hasta la esquina a comprar su pizza preferida.

Corrían los tiempos en que el rey, su padre, estaba un poco de capa caída ante la reina: trabajaba mucho para traer el dinero a casa, cuando estaba, no colmaba tanto a la reina como sí lo lograba el principito. Los besos, abrazos y apretujones cargados de amor iban para el príncipe. El rey, un tanto cansado, un tanto entristecido, un tanto cachondo, buscaba consuelo en alguna puta. Grande fue la que se armó cuando su mujer se dio cuenta. El rey trató de explicar lo que no se quería escuchar: la sexualidad de la reina habría tenido que ir a parar a sus brazos, cuestión para la cual ella no estaba disponible; sus ojos, oídos, boca tenían otro destinatario. La reina ofendida, le cortó los víveres y acudió a quien ya sabemos era su principal fuente de alegría.

Detalles más, detalles menos, casamiento del príncipe con una bella dama, la casa propia, el trabajo seguro y demás hitos en las vidas de las personas, esta historia continuó y se repitió por los siglos de los siglos convirtiéndose en un legado invisible para los descendientes de reinas-madres de príncipes encantados.  

-FIN



                               A.C.,
                    noviembre2011

4 comentarios:

  1. una historia que nos hace reflexionar sobre el amor y la crianza .

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  3. no fue la intención original pero, si abre a la reflexión, bienvenida sea :)

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