Tensiones
escolares.
Aporte para
pensar en los diferentes niños desde una escuela que se postula inclusiva.
Este es un
recorte acerca de un niño, al que llamaré Nahuel.
Nahuel cursa
1er grado.
Cuando lo
conocimos, nos preguntamos respecto de su entonación cantarina en su habla y su
torpeza motora (imágen corporal), sus fallas en la interacción con niños de su
edad…
Aclaración:
Lo
instituido de la escuela, marca que en situaciones en que la inclusividad de la
misma se pone a prueba es menester, para contar con algún recurso humano que
ayude en esta tarea, suscribir a la resolución que habla de los PPND (personal
profesional no docente).
Lo
instituido de las obras sociales marca que para liberar ese presupuesto se
necesita un diagnóstico que dé cuenta de que esta erogación es
necesaria.
Lo
instituido del discurso hegemónico de la clasificación, legitíma al DSM IV como
aquel cuyos diagnósticos son los que operan en el campo de la salud mental.
Así las
cosas, llama TGD al malestar de un niño como el presentado.
Frente a
este modo de operar que tiene como destinatario a un niño, la escuela
puede practicar otros, haciendo valer los saberes autorizados de quienes
conocemos la singularidad de la situación, no de un saber tecnocrático, de
fácil aplicación (copy and paste).
_________
Creemos que lo que le pasa a este niño tiene que ver con fallas en su
constitución temprana . En ese tiempo temprano comienzan a ponerse en juego una
serie de operaciones de mucha complejidad: relación con el exterior
de tal manera de poder diferenciarse de este exterior a partir de su propio
cuerpo, del cuerpo del Otro (significativo) y de los otros en tanto semejantes.
Esta diferenciación se instaura a partir de responder, desde tiempos tempranos,
a las demandas que este niño genera para poder sobrevivir (a diferencia
del animal, el niño necesita absolutamente del Otro en los 1ros tiempos de su
constitución)[1]. Es a partir del deseo parental que el niño es respondido en su demanda y
que es demandado por sus padres. Demandar es esperar algo del otro. Sólo de un
sujeto se puede esperar algo (de una mesa o una silla, no). La mirada, la voz,
la palabra, la caricia son gestos de demanda (esperar que se calme, que
entienda, que se alimente, etc etc). En este juego de demandas mutuas, el
“cachorro humano” como le llaman algunos, va “inscribiendo” su cuerpo ó como
dicen otros representando su cuerpo de manera organizada y no caótica.
Entonces: diferenciación entre uno y el Otro, configuración
y representación del propio cuerpo son procesos que lo constituyen y
no vienen dados de antemano aunque lo veamos a simple vista como un bebé con
todas las partes de su cuerpo etc.
El ingreso
al mundo de la palabra, el ser hablante, viene en la misma lógica
que lo recién dicho. Para que el bebé se introduzca en el mundo del lenguaje
necesita de otro que lo introduzca, interpretándolo, demandándolo,
conversándole en este proceso que va de la estimulación de su propia voz
(gorjeo, balbuceo) hasta la palabra que le introduce el otro.
En el caso
de este niño, como decíamos al principio, la representación de su cuerpo, su
ser hablante están complicados.
- Es importante que Nahuel pueda
demandar (pedir algo a la docente). Esto implica disponibilidad a
la escucha y a la observación de la demanda de parte de la docente, EOE, ED. A
veces la demanda no se manifiesta como algo explícito verbal ej: se le sale la
zapatilla y yo interpreto “espera que le ponga la zapatilla”. Puedo acompañar
esa acción con alguna frase (voz y palabra). Al mismo tiempo toco su pie (lo
toco). Todo esto, va formando cuerpo. No el cuerpo real, lo que vemos
genéticamente estructurado. Nos referimos al cuerpo simbólico, al que
representa algo ej: un oído obtiene su satisfacción cuando alguien le habla,
cuando acompaña una forma melódica en el ser hablado, por eso los bebés
responden al canto del 1er tiempo aún cuando no comprendan el significado de
sus letras. Entonces, decimos que ese oído está atravesado por el deseo, representado en
palabras, tonos de voz, melodías. Lo simbólico es lo que representa. En
este caso lo que “estimula” al oído es deseo. La palabra, la canción,
representan deseo. Dicho de otro modo la palabra es deseo.
Se trata de
dar un orden y evitar el caos: Es el deseo lo que organiza . Yo deseo saber de
este niño, lo espero, se le sale la zapatilla y yo lo interpreto (“no se la
sabe poner. Yo se la pongo”). Más allá de la simetría de estas demandas. El
deseo del Otro (el de la docente, del eoe, de la directora, de la vice), es lo
que separa entre el yo y el tú y lo que pacifica entre los hablantes. Dicho de
otra manera, en el caos, en la confusión del lugar para cada uno ó el no-lugar,
hay violencia.
Demandar le
facilitará el proceso de distinguirse a sí mismo y oponerse que es el 1er
eslabón en la constitución subjetiva de un niño.
Se
espera que en el encuentro con la intervención nuestra (de la institución) se
convierta en un hablante. Pero Nahuel habla, dirá alguno. Sí, pero
como “dibujito animado”, como notan otros. Nahuel denota un fracaso en la
función de adaptación materna. La imagen del dibujito es un objeto consolador
que reemplaza los fenómenos transicionales.
La escuela,
el aula, el recreo, se constituyen en medio facilitador (suplemento de la
función de adaptación materna). Nahuel ha ingresado a la escuela privado en tal
sentido “¡porqué tengo que tener frío!”, gritaba , angustiado este niño, cuando
el invierno del año pasado, contaba su madre. Antes, estuvieron viviendo en un
local luego de haber dejado la casa paterna de un día para el otro, en la que
había vivido su 1er año y medio de vida.
En ese medio
facilitador se puede construir el cuerpo (en el sentido antes dicho), se puede,
alojado desde el deseo parental, ingresar al lenguaje operación compleja que
implica separación entre la voz y la palabra, diferenciación entre el yo y el
otro
Las
referencias a reglamentación ubican a la función paterna. El tiempo lógico
marca que para poder acoger, aceptar, entender una regla es necesario antes,
ser un sujeto. La escuela hoy actuará desde el lado de medio facilitador (como
decíamos arriba), más que como corte, regla, norma. Habitualmente, la escuela
funciona como “tercero”, como relevo del mundo de la cultura ayudando al
proceso de separación necesaria entre una madre y un hijo. En este caso, como
en otros que se puedan presentar, dada la situación señalada, iremos evaluando
en conjunto los tiempos psíquicos de este niño para poder ubicarnos como escuela
para la diversidad.
Una
herramienta útil puede ser un plan pedagógico individual. Los contenidos de las
áreas de prácticas de lenguaje y matemáticas serán los mismos que para todos.
El Plan se
elaborará con la maestra integradora ó acompañante terapéutica.
Demás está
decir que se trata de un trabajo intersectorial, en diálogo con salud.
A.Casarejos,
abril/2012
[1] Por eso se habla de ir constituyéndose
en sujeto. Los trastornos graves como autismos ponen al límite esta
cuestión y nos plantean la interrogante sobre si ese niño ha advenido en sujeto
o no.
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